Análisis Cities: Skylines - PlayStation 4 Edition

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Título: Cities: Skylines - PlayStation 4 Edition            Plataforma: PS4

Género: Estrategia, Construcción                             Distribuidora: Koch Media

Los fans de los juegos de estrategia, siempre se han sentido un tanto desamparados cuando adquirían una consola y veían el pobre catálogo que había en el mercado de este género. Estos títulos iban destinados a un grupo de jugadores muy concreto dónde la versatilidad del PC era la plataforma preferida para su lanzamiento. Pero la tendencia va cambiando poco a poco y aunque todavía queda mucho camino por recorrer, Paradox Interactive y Tantalus Media, nos presentan Cities: Skylines, un videojuego que ya pudimos disfrutar tanto en PC cómo en Xbox One, y que ahora aterriza en PlayStation 4 para regocijo de todos los fans a este género.

Cities Skylines es un simulador de gestión de ciudades que nos propone, algo tan sencillo pero a la par tan complicado, como la construcción de una gran ciudad, y posteriormente, la gestión de la misma. A diferencia de su gran rival, Sim City, que se basaba en la creación de ciudades fantasiosas, Cities Skylines apuesta por la fórmula clásica de toda la vida, asemejando la experiencia jugable a la vida real. Cities: Skylines nos ofrece la posibilidad de construir la ciudad de nuestros sueños, veamos si es posible.

 

GRÁFICOS

 

Cities: Skylines hizo su debut en 2015 en PC, por lo que gran base de su rendimiento gráfico, proviene de ahí mismo. Por ello nos encontramos con un acabado gráfico cuidado, sin hacer grandes alardes técnicos pero atesorando una gran calidad en todo lo que se muestra en pantalla. Los escenarios, gracias al renderizado 3D, han ganado en espectacularidad y detalle, echamos en falta más variedad de entornos, entre los 12 disponibles, ya que no existen grandes diferencias entre unos y otros.

Los modelados tanto de edificios como de ciudadanos no llegan a los estándares gráficos que puede ofrecer actualmente la consola de Sony, pero cumple decentemente su función. El diseño artístico de las edificaciones y negocios está muy bien cuidado. Destaca especialmente, las fábricas y los edificios públicos cómo hospitales o parques de bomberos realmente bien recreados. Las animaciones típicas del día a día de una ciudad cómo el tráfico, movimiento de transeúntes o apertura de negocios está a un nivel bastante notable, todo se mueve con total naturalidad. Sobre todo, cuando nuestra pequeña ciudad pasa a ser una megalópolis de miles de habitantes, aportando una sensación de realidad cotidiana muy agradable.

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Para que todo se mueva con fluidez y soltura, Cities Skylines utiliza una gran cantidad de trucos para mantener el tipo en PlayStation 4. Los edificios por ejemplo disminuyen la resolución rápidamente mientras movemos o alejamos la cámara, lo que ejemplifica la cuidadosa consideración que Tantalus ha ofrecido en pros de mantener una experiencia lo más fluida posible. Aun empleando estos pequeños trucos, sí que hemos sufrido algunas caídas de fotogramas por segundo cuando la ciudad ha tenido más volumen y peso en el mapa. Pero Cities: Skylines es un juego relativamente pasivo y si bien estas caídas pueden ser frustrantes en un juego multijugador online, estoy seguro de que la mayoría de la gente se ajustará con total normalidad a este hecho.

La interfaz de usuario en sí misma sigue siendo fácil de usar y aunque no resulta todo lo moderna que cabe esperar, es agradable de usar. Además cuando se selecciona un objeto para la construcción, el juego inteligentemente cambia a un modelo básico que elimina las texturas de los edificios para dar al juego el máximo rendimiento posible.

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Un elemento que destaca en, Cities: Skylines es la introducción de un ciclo día y noche que se quedó fuera en su versión para PC. Es todo un acierto la inclusión de esta técnica ya que nos permite contemplar nuestra pequeña obra desde diferentes puntos vista. Pero tranquilos, ya que el ciclo día y noche, está en “modo pasivo” para evitar posibles ataques epilépticos si aumentamos por tres la velocidad del juego.

En definitiva, el apartado gráfico de Cities: Skylines es solvente sin más, pero teniendo en cuenta que este tipo de juegos el acabo visual resulta un tanto irrelevante, ya que lo importante es el aspecto jugable, el título nos ofrece un estándar mínimo de calidad más que suficiente.

 

SONIDO

 

Lo que realmente se pide a un juego cómo este, es que no venga con una banda sonora repetitiva y horrible, que te haga apagar el sonido de la televisión. Gracias a Dios Cities: Skylines no es el caso. Pensad, que en los juegos de estrategia se sabe cuándo empieza la partida pero jamás cuando se va a terminar. Por ello una bso que amenice pero no incomode al jugador es muy importante.

En Cities: Skylines tenemos un banda sonora sencilla que pasa prácticamente desapercibida excepto en determinados momentos de la aventura. Los efectos sonoros son muy variados y están perfectamente recreados sabiendo en todo momento lo que está pasando y cuáles son las necesidades que reclama la ciudad.

Por otro lado, Cities: Skylines nos viene totalmente traducido al castellano. Algo tremendamente importante, por la mucha información que en pantalla aparece la cual hay que atender y por supuesto entender. Eso sí, tenemos una ausencia total de voces, si bien es cierto que no se echan en falta.

 

JUGABILIDAD

 

Miramos a nuestro alrededor y vemos nada más que una vasta área de color verde ubicada en la bahía de un gran río. Es el típico inicio que cada constructor de ciudades debe afrontar. No es la primera ciudad que construye y que todavía tiene que dar forma. Este concepto tan simple es el que se ha mantenido desde que se inventó este género, que con los años se ha ido interpretando de maneras muy diferentes. El constructor de la ciudad perfecta no sólo debe construir una ciudad, sino además hacer que funcione.

En su mayor parte, Cities: Skylines nos permite representar el papel de un concejal de urbanismo y a la vez de un alcalde, ya sea haciendo tareas como la planificación del sistema de carreteras, organización de distritos, introducción de transporte público, construcción de servicios públicos para su ciudad o la importante misión de gestión de los presupuestos. Todas las herramientas están a nuestra disposición para resolver lo que va bien y lo que está mal.

El juego es tan profundo como nosotros queramos que sea. ¿Tenemos problemas para manejar los problemas de tráfico? Entonces el camino a seguir es la planificación de un sistema de transporte público complejo. ¿Queremos construir una ciudad verde, libre de contaminación? Pues a plantar árboles y jardines. ¿Queremos convertir un distrito de clase baja en otro de clase alta? Subimos los impuestos para forzarlos a que se muden. A medida que la ciudad crece, también lo hacen los problemas y por consiguiente nuestros dolores de cabeza, pero en eso reside la grandeza de Cities: Skylines.

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Nada más empezar el juego deberemos configurar los parámetros iniciales de nuestra partida. Para lo que deberemos escoger entre los 12 mapas disponibles, cada uno de ellos poseen diferentes atributos: Recursos Naturales, Porcentaje de Área edificable, Existencia de agua…etc. Todos estos parámetros iniciales determinarán ciertos aspectos de la ciudad cómo lo grande que podrá ser, las industrias que serán más adecuadas instalar o el número de comercios apropiados. Aun así, todas las partidas comenzarán del mismo modo, creando una carretera que conecte con otra más grande, y desde ese punto empezar a edificar y dar forma a nuestra ciudad soñada.

Y es en este punto, dónde encontramos uno de los mayores problemas del juego. Cities: Skylines tiene un sólo modo de juego, construir una ciudad. Es cierto que, hay diferentes mapas para usar, pero en realidad no se diferencian entre sí unos de otros. El juego podría haber incluido algún que otro modo desafío de tipo: salvar a la ciudad de la contaminación, lograr cierta cantidad de dinero, rescatar a la ciudad de la ruina en determinado tiempo…etc. El modo principal es genial y funciona muy bien, pero una vez que has construido un par de ciudades, probablemente se echa en falta más retos.

Dicho esto y a groso modo, Cities: Skylines se centra un poco más en las infraestructuras y servicios que en lugar de la micro-gestión de los mismos. Un ejemplo, averiguar dónde ubicar la estación del agua y la central eléctrica será nuestro primer desafío inicial. Pensé que sería aconsejable colocar las obras de alcantarillado lejos de las casas para evitar la contaminación, pero conseguir que las tuberías llegasen hasta la civilización era demasiado caro y más aún al comienzo del juego. Me quedó claro que lo bonito y estético, a veces, está reñido con lo funcional y económico, por ello tuve que repensar mi estrategia.

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Y es que, aunque el juego parezca sencillo al principio, hay un montón de matices ocultos y variables que lo hacen muy interesante. Por ejemplo, estaba tratando de hacer uso de una gran área de tierra para montar industrias, pero mis parcelas no fueron capaces de encontrar suficiente mano de obra para trabajarlas. Construí un montón de alojamientos de alta densidad para atraer al mayor número de trabajadores a la zona, pero tras inspeccionar los apartamentos, descubro que en estos apartamentos residen adultos universitarios, que buscan puestos de trabajo en oficinas en lugar de trabajos en fábricas. Podría haber modificado el distrito para favorecer el trabajo de oficinas, pero al final decidí que la mejor opción era destruir todas las escuelas locales, obligando a todos a una vida industrial. Con el tiempo, mi área se inundó con ávidos obreros, llenando las arcas de mi ciudad de dinero gracias a las exportaciones.

Lo bueno de Cities: Skylines es que todo se puede transformar rápidamente gracias a las numerosas oportunidades para modificar el estilo de nuestra ciudad a través de subida o bajada de impuestos, políticas de planificación y otros sistemas que promueven ciertos tipos de industrias sobre otros. A menudo será más productivo convertir una desértica playa en una atracción turística, o una orilla del río en un lugar para el paseo y esparcimiento de los ciudadanos, pero ¡ojo! porque podríamos tener paralelamente un aumento de la delincuencia, la contaminación o el aumento del tráfico.

Conforme pase el tiempo, administraremos las necesidades de miles de personas, junto con nuevas actividades económicas, servicios de emergencia, importaciones y exportaciones, rutas de transporte público... etc. Esto nos obligará a expandir la ciudad comprando nuevas áreas de 1 kilómetro cuadrado, estas nuevas zonas además tendrán sus propios recursos cómo yacimientos de petróleo, madera, ríos… Pueden resultar un tanto caras al principio, pero la inversión dará sus frutos rápidamente. Esto proporciona un ritmo de actividades y quehaceres diarios vertiginoso, lo que hace a Cities: Skylines, un vicio tremendamente adictivo.

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Para poder controlar y ser consciente de lo que está pasando en nuestra ciudad, Cities: Skylines incorpora la herramienta de inspección, la cual nos permite ver los detalles pormenorizados de cualquier objeto que aparezca en pantalla. Incluso podemos seguir a los ciudadanos en sus rutinas diarias, e incluso examinar su felicidad o su situación laboral. Un hecho que, por sí sólo no tiene mucha relevancia en el juego, pero es un detalle que convierte a Cities: Skylines en una experiencia completamente absorbente.

Pese a tener esta poderosa herramienta a nuestra disposición, en ocasiones surgen problemas que no se entienden y se siente uno perdido sin saber qué hacer. En una ocasión no tenía ni idea de por qué mis refinerías de petróleo no estaban recibiendo nuevos envíos de combustible, a pesar de estar situado justo al lado de la autopista. O por qué, a pesar de tener hospitales justo al lado de los pacientes enfermos con un presupuesto de salud elevado, la gente seguía muriendo por enfermedades. De hecho, esa es la única crítica real que se puede decir de Cities: Skylines. A veces es simplemente difícil saber si tus 'estrategias' están funcionando, o si es el resultado de una serie de accidentes divinos.

En cuanto a los controles, la versión de PlayStation 4 no puede ser criticada en absoluto. De hecho, creo que representa la mejor conversión de un juego de PC a consola nunca visto. Recordamos que el juego está construido sobre los cimientos de la versión original de PC, la edición de PS4 evidentemente está configurada de manera un poco diferente para adaptarse al esquema de control del Dualschock 4. Aun así, la esencia del juego es la misma, aparte de alguna simplificación obvia para ciertos aspectos pero, todo lo que se espera que esté en Skylines está presente sin ninguna duda.

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El juego utiliza cada botón del Dualshock 4 de PlayStation 4 armoniosamente. Podremos mover la cámara usando los joysticks, acercándola y alejándola usando los gatillos R2 Y L2, además el juego hace uso de varias pulsaciones para realizar diferentes acciones. Presionando cuadrado le da el menú de demolición, mientras que con X seleccionaremos los objetos. El círculos nos ayudara a cancelar las acciones, y la cruceta servirá como navegación a través de los diversos menús del juego. Manteniendo presionado el triángulo accederemos a un menú radial con diversas funciones, como diferentes tipos de pintura de carreteras y un menú de salto rápido para ver la información de la ciudad. También podemos usar el botón R3 para acceder al menú de ayuda y con L3 accederemos al flujo del tiempo el cuál podremos detener para pensar claramente la estrategia a seguir o meter un acelerón al progreso de la ciudad.

Usar el joystick como 'cursor' funciona inmensamente bien la mayor parte del tiempo. En algunas ocasiones resulta un poco difícil realizar determinadas acciones, cómo conectar las estaciones de metro teniendo un puente encima o conectar dos carreteras y que por ellas pasen cañerías. Pero aunque aprender a dominar el cursor puede tomar tiempo, una vez lo tienes, es increíblemente fácil de usar. Además la fenomenal gestión de cámaras que se encuentran directamente sobre nuestra cabeza y la posibilidad de hacer zoom ayuda bastante sobre todo cuando se intenta eliminar objetos ocultos detrás de otros.

Cities: Skylines evita los malos vicios en las que suelen caer otros juegos con controles complejos, lo que a veces te obliga a aprender múltiples combinaciones y desvaríos para un mismo botón. Skylines lo mantiene simple e intuitivo. Tantalus y Paradox han hecho un trabajo maravilloso haciendo una portabilidad de controles tan buena y debe servir como un ejemplo para otros desarrolladores de juegos de ratón que buscan llevar su trabajo a las consolas.

 

CONCLUSIÓN

 

Cities: Skylines es una de esas raras ocasiones en las que se puede recomendar un juego tanto por su simplicidad como por su complejidad. En su versión para PC ya dejó muy buenas sensaciones, y ahora en PlayStation 4, sigue dejándolas, afortunadamente para todos.

En términos de calidad y profundidad, pocos o casi ningún juego de construcción de ciudades, se acerca actualmente al nivel de Skylines. Impresiona sobretodo el fenómenal esquema de controles adaptándolo a la perfección al Dualshock 4 cómo si hubiese sido creado desde un inicio para él. Es un juego que no está exento de problemas cómo cualquiera otro, pero son superados con creces por una experiencia jugable extraordinaria que hace las cosas más bien que mal.

Si eres amante del género o simplemente, quieres comprar el mejor juego de construcción, Cities: Skylines es la mejor opción, hoy por hoy, que te encontrarás en las estanterías de videojuegos.

 

LO MEJOR

  • Controles intuitivos del gamepad
  • Una interfaz sencilla de usar y muy completa a la vez
  • Una jugabilidad tremendamente adictiva.

LO PEOR

  • Confusión a la hora de resolver los problemas
  • Podría haberse incluido más modos de juegos

 

NOTA: 9