Consolas fracasadas: Ouya

En 2012, una pequeña consola llamada Ouya irrumpió en la escena del videojuego con una promesa ambiciosa: democratizar el desarrollo y el acceso a los videojuegos con un sistema basado en Android. Con una campaña de Kickstarter que recaudó más de 8,5 millones de dólares, Ouya generó un gran entusiasmo en la comunidad gamer y en los desarrolladores independientes. Sin embargo, a pesar de su innovador enfoque y del gran apoyo inicial, la consola no logró consolidarse en el mercado. ¿Qué fue lo que pasó?

El Nacimiento de Ouya

Ouya fue concebida por Julie Uhrman, una emprendedora con la visión de ofrecer una alternativa asequible y abierta a las consolas tradicionales. Basada en el sistema operativo Android, Ouya permitía a los desarrolladores crear y distribuir juegos sin las restricciones impuestas por plataformas cerradas como PlayStation, Xbox o Nintendo.

El hardware de la consola incluía un procesador Nvidia Tegra 3, 1 GB de RAM y 8 GB de almacenamiento interno, especificaciones modestas incluso para su época que compensaba con un precio accesible de 99 dólares /euros, y venía con un mando inalámbrico inspirado en los controladores de Xbox y PlayStation aunque a pilas.


Especificaciones técnicas

  • Tegra 3: Quadcore ARM CortexA9 + GPU
  • 1 GB LPDDR2 RAM
  • 8 GB on-board flash
  • Conexión HDMI 1080p HD
  • WiFi 802.11bgn
  • Bluetooth LE 4.0
  • Carcasa que se abre con destornilladores estándar
  • Sin disco duro
  • Conexión USB 2.0
  • Sistema operativo Android: Jelly Bean

El Gran Lanzamiento y Sus Problemas

Tras su lanzamiento en 2013, las personas que la habían apoyado en Kickstarter se encontraron que las tiendas recibían antes la consola que ellos, viendo algunos como tenían que esperar meses para tenerla cuando podían comprarla en las tiendas. Por otro lado Ouya recibió críticas poco mixtas, mientras algunos elogiaban su accesibilidad y el enfoque en juegos independientes, otros señalaban problemas con el hardware y el software. El mando tenía problemas de respuesta, la interfaz de usuario era poco intuitiva y el catálogo de juegos, aunque variado, carecía de títulos atractivos para el público general.

Además, a pesar de su apertura a desarrolladores, muchos estudios no encontraron rentable lanzar sus juegos en Ouya, lo que redujo su potencial de crecimiento. A medida que otras plataformas como Steam y dispositivos móviles Android ofrecían mejores alternativas, la relevancia de Ouya comenzó a desvanecerse rápidamente. Hasta que en 2015, la compañía anunció que estaba en serios problemas financieros y, finalmente, fue adquirida por Razer. La empresa de periféricos intentó integrar algunos de los conceptos de Ouya en su línea de productos, pero en 2019 cerró definitivamente los servidores de la consola, marcando el fin de la plataforma.

El Legado de Ouya

A pesar de su fracaso comercial, Ouya dejó una marca en la industria del videojuego. Su enfoque en la accesibilidad y el desarrollo independiente sirvió como precursor para plataformas como itch.io y el auge de las consolas retro basadas en Android. Además, su historia es un recordatorio de los desafíos que enfrentan las startups en la industria del gaming. Hoy en día, Ouya es recordada como un experimento fracasado que no logró cumplir sus promesas, pero que abrió la posibilidad a nuevas formas de pensar sobre el futuro del gaming.