Análisis Dynasty Warriors 8

Nombre: Dynasty Warriors 8          Plataforma: PlayStation 3, Xbox 360

Género: Acción                             Distribuidor:  Koch Media

¡La experiencia definitiva de Dynasty Warriors! Así reza la contraportada de la octava entrega de la longeva saga creada por Omega Force y Koei (Tecmo-Koei hoy día). Y no estamos ante el típico autobombo de marketing. Tras ocho episodios, tres de ellos en la presente generación, e inumerables spin-offs los usuarios de Xbox 360 y Playstation 3 tienen a su disposición el capítulo más completo. Elegid a vuestro oficial favorito y afilad vuestras lanzas, sables y hachas. La lucha por el control de los reinos chinos vuelve a nuestras consolas.

A poco que conozcáis la saga, sabréis que Dynasty Warriors está inspirado en la antiquísima novela china Romance de los Tres Reinos. Este clásico de la literatura oriental lleva más tiempo entre los videoadictos de lo que a priori podríamos pensar. Un ejemplo: corrían los años 80 cuando la ya desaparecida Compile llevó a MSX Runemaster, un título que combinaba juego de mesa, estrategia y rol y que llegaría a convertirse en una saga muy popular en el país del sol naciente. Pero entregas de 8 bits y spin-offs (como los Extreme Legends) aparte lo cierto es que fue en la Playstation original donde Dynasty Warriors comenzó su andadura y, aunque también las consolas portátiles ha recibido su ración en la última década, ha sido en las sobremesas (con Sony a la cabeza) donde esta longeva epopeya ha acabado por afianzarse.

GUERRA, TRAICIONES, DRAMA... PARA HASTA DOS JUGADORES

Volvemos a protagonizar las acciones militares de los reinos de Wei, Wu, Shu y Jin  que a la vez son el nombre de las distintas campañas (más una quinta llamada Other) en las que se divide el Story Mode. En estas, y pudiendo jugarlas en cualquier orden, nos reencontramos con viejos oficiales de episodios anteriores y  vamos a conocer a nuevos comandantes a los que dirigir en el campo de batalla. Así, pasaremos a controlar al general gobernador Lu Su, a la feroz Zhang Chunhua o a dos compañeros de armas como son Zhang Bao y Guan Xing, conocidos personajes no jugables del Reino Shu desde los tiempos de Dynasty Warriors 2 y que ahora podremos controlar.

Entre nuevos y conocidos, Dynasty Warriors 8 ofrece la nada desdeñable cifra de setenta personajes jugables. Sólo el tiempo que podriamos emplear en probar la mitad de ellos, elegir a nuestros favoritos, subirlos de nivel y equiparlos ya arroja una obscena cantidad de horas de juego.Y no por ello equivale siempre esto a una experiencia repetitiva, ya que jugar esta o aquella batalla con distintos personajes es casi siempre sinónimo de distintas perspectivas y puntos de vista. Más aún, realizando acciones  puntuales en el juego normal desbloquearemos momentos What If? para vivir lineas de tiempo alternativas que se alejan de lo narrado en El Romance de los Tres Reinos.

Otro modo de juego realmente notable. Ambition mode. Con el objetivo de construir y engrandecer un centro urbano o Tongquetai tendremos que interactuar y cumplir misiones que personajes no jugables nos enconmendarán al más puro estilo aventurero pero sin abandonar el puntito estratégico marca de la casa. Un buen añadido que da bastante vida al juego. Añadamos a esto la posibilidad de jugar Dynasty Warriors y casi todas sus modalidades en cooperativo con un amigo: adicción multiplicada por 2. Y no queda la cosa ahí, los niveles ya finiquitados pueden volver a ser recorridos gracias al Free mode y, además, si estáis interesados en profundizar y en conocer más sobre los Tres Reinos el apartado Enciclopedia está ahí para saciar vuestra curiosidad sobre la leyenda. Así que ya véis, por falta de opciones y modos de juego no será.

LA CHINA IMPERIAL DE NUEVO EN TU CONSOLA

A pesar de llevar su correspondiente pulido a nivel audiovisual, Dynasty Warriors 8 no ofrece mucho más en su apartado técnico de lo que ofrecieron los episodios inmediatamente anteriores. Buen diseño y acabado general de los oficiales que controlamos, escenarios amplios aunque con cierta sensación de vacio y cantidades insanas (y de pobre detalle) de tropas enemigas. La endiablada velocidad del juego sumada a una alta tasa de cuadros por segundo consiguen con éxito un hack´n Slash frenético y dan mayor espectacularidad a la batalla sobre todo cuando tiramos de ataques especiales y los fxs entran en acción. ¿Nos habrían gustado unos escenarios con algo más de contenido? sí, ¿nos habría gustado algo más de detalle en los ejércitos enemigos? también. Pero hay algo que no debemos olvidar. Si un mejor acabado visual implica una merma en la suavidad y constantes bajadas de fps, el juego (esta entrega o cualquiera de las anteriores) globalmente perdería muchos enteros ya que el nucleo jugable en Dynasty Warriors se sostiene sobre el pilar de sus combates másivos, unos combates en los que fluidez y espectacularidad son tan imprescindibles como el acero del filo de nuestro sable.

Con unos efectos de sonido más que contundentes, unas potentes voces (en inglés) de doblaje y una genérica música japo-a-más-no-poder que encajaría igual de bien en un juego de mechas, sólo podemos achacar a Dynasty Warriors 8 la total falta de localización al castellano (no disponemos ni de subtítulos en nuestro idioma). Esto ha sido un paso atrás, dado que en episodios anteriores sí que hemos podido disfrutar de, al menos, textos en la lengua de Cervantes.

A MANDOBLE LIMPIO CONTRA EL ENEMIGO

Qué duda cabe que Dynasty Warriors tiene su considerable cohorte de seguidores en occidente, pero las cosas como son,  sus más incondicionales fans están en Japón. Y es que hablamos de un subgénero propiamente dicho dentro de los hack´n slash. Batallar al más puro estilo beat´em up contra docenas de enemigos a la vez que literalmente llenan la pantalla es algo rara vez vemos fuera de esta saga. Y es que es un tipo de jugabilidad que no admite término medio. O la amas o la odias. Hay a quien le resulta una mecánica de lo más repetitiva y no falta quien difruta cual lagarto al sol de los espectaculares y masivos combates y de experimentar y "levelear" a sus generales predilectos. Para gustos, colores.

Pero Dynasty Warrior es bastante más que un machaca-botones. El sistema de los tres puntos, algo parecido al clásico piedra-papel-tijera, da al combate mayor profundidad. Existen tres tipos de afinidad a un arma: cielo, tierra y humanidad. Cielo gana a tierra, tierra gana a humanidad y humanidad gana a cielo. Si atacamos con un arma que lleva la ventaja haremos mucho más daño y el enemigo, consciente de su desventaja, evitará atacar de forma agresiva, dándonos cierto margen para liderar la batalla. Pero no acaba todo ahí, los ataques únicos Musou están de vuelta.

Rellenando las barras Musou ejecutamos hasta tres demoledores ataques que varian según el personaje. Para llenar dichas barras tendremos que hacer o recibir daño del enemigo , tener el indicador de vida en rojo u obtener items específicos para ello como por ejemplo vino. Otro espectacular manera de infringir dolor a las huestes enemigas es entrando en el modo Furia (rage). Conforme vamos  rompiendo crismas y, sobre todo, usando correctamente contraataques se nos llenará el indicador de furia. Una vez a tope pulsamos R3 y entramos durante unos valiosos segundos en modo "berserk". En ese estado, todas nuestras "stats" se disparan, haremos mucho más daño y los ataques enemigos no nos tumbarán. Además, se llenará un indicador de Musou. Un "one man army" en toda regla, vamos.

Y esto son sólo un par de pinceladas. Si añadimos las modificaciones que podemos dar a nuestro personaje a base de desbloquear habilidades, armas e incluso acompañarlo de un guardaespaldas o una mascota veremos que sólo hemos arañado la superficie. Y hablando de mascotas, no pasemos por alto que se ha mejorado también el control cuando luchamos a lomos de nuestro corcel. Herrería, Academia, establo... también el número de artesanos y mercados en nuestros dominios donde comerciar y mejorar nuestro equipo es mayor que nunca.

POR Y PARA LOS FANS

Así que ya sabéis Dynasty-maniacos, esta octava entrega se alza como la más completa  de las que llevamos jugadas en esta generación y una de las mejores desde que se inició la saga. A pesar del feo detalle de no incluir siquiera textos en nuestro idioma, estamos ante un gran episodio que no podemos dejar de recomendar a sus incondicionales. Igualmente recomendamos prudencia a los neófitos. Dynasty Warriors no es plato de gusto de todo el mundo, es más que aconsejable informarse y empaparse bien sobre la saga y su mecánica de juego antes de hacerse con esta, u otras, entregas. En cualquier caso, Omega Force y Koei se deben a su público y es a ellos a quien claramente va dirigido el juego, para el resto, sois muy bienvenidos de iniciaros en el Romance de los Tres Reinos. Quien sabe si no descubrís un nuevo género que os engancha como no hubieseis imaginado.

 

NOTA: 7/10