Análisis Prey

Título: Prey                                          Plataforma: PS4, Xbox One y PC

Género: Acción Primera Persona            Distribuidora: Bethesda

Allá por el año 2006 se lanzó la primera entrega de Prey, un título que impresionó a todos los jugadores por sus originales mecánicas jugables y por ofrecer una potente carga narrativa. Esto hizo que se convirtiera por méritos propios en juego de culto. Más de 10 años han pasado desde el primer Prey, dónde esta popular franquicia se ha visto envuelta en todo tipo de rumores de toda índole. Bethesda y Arkane Studios vuelven a unir fuerzas con Prey, un reboot de la saga que tiene como intención seguir impresionando a los jugadores y acallar con hechos, toda la extensa rumorología que tiene a sus espaldas. Realizar un reboot de una saga como esta es, cuanto mínimo una apuesta arriesgada, veamos qué tal le ha salido la jugada.

HISTORIA

Prey nos sitúa en una distopía futura, más concretamente en el año 2032. Después del intento fallido de asesinato contra el presidente Kennedy en 1963, Estados Unidos y Rusia firman una potente alianza con el objetivo de la conquista del espacio exterior. Pero pronto descubrirán que no están sólo en el universo, ni mucho menos.

Nosotros encarnaremos el papel de Morgan Yu un hombre o mujer (depende de nuestra elección inicial) con muchas preguntas que quiere resolver. Después de despertarse en su apartamento y prepararse para viajar al espacio, rápidamente descubre que su realidad es simplemente una simulación al estilo el Show de Truman. De hecho ya está a bordo de la estación espacial Talos I perteneciente a la archiconocida compañía TranStar, que - desgraciadamente para él - ha sucumbido a una fatal invasión extraterrestre poco amistosa, los Tifón. Para poner más carne en el asador, Morgan Yu no recuerda que es un eminente científico y que lleva a cabo con su hermano Alex, la investigación sobre estas extrañas criaturas que han invadido la estación orbital Talos I.

Encontrar las respuestas a las muchas preguntas que se nos abre nada más jugar a Prey, es un ejemplo magistral de cómo comenzar un juego, digno de algunas de las mejores películas de Hollywood. La historia principal me mantuvo enganchado a lo largo de toda la campaña, incluso cuando me vi obligado a retroceder por la ingente cantidad de misiones secundarias. Otro detalle que hace grande a Prey, ya que las misiones secundarias no sólo revelan el ambiente reinante antes del accidente en la Talos I, sino también otros aspectos del mismo Morgan.

Prey obliga tanto a Morgan Yu como al jugador a cambiar constantemente su propia percepción de la realidad, ya que la historia nos proporciona un flujo constante de revelaciones o giros en la trama, que añaden otra capa más de intriga y misterio a la narración. Arkane Studio no tiene miedo de jugar con la paranoia y los límites de la perspectiva humana para mantenerte siempre en vilo. Teniendo en cuenta todo esto y la dinámica del juego es difícil cuantificar su duración, aunque no será extraño llegar a acariciar las veinte horas de juego perfectamente.

GRÁFICOS

Desde el punto de vista visual, Prey ofrece unos pasajes realmente envolventes, gracias a la utilización del motor gráfico Cry Engine y al excelente diseño de estos. Artísticamente hablando, Prey mezcla unos diseños retro con otros futuristas para crear algo muy similar a lo que pudimos ver en BioShock. La Talos I fue construida entre los años 1953 y 2020, y Arkane ha reflejado cuidadosamente este importante choque de estilos, mediante el dibujo de permanentes contrastes ambientales como por ejemplo, un mobiliario clásico de oficina, con pantallas táctiles ultramodernas. Este cuidado estilo convierte a la Talos I en un lugar fascinantemente a la par que decadente dónde las ganas de explorar cada rincón se acentúan a cada paso que se da en ella. Casi todo a bordo de la Talos I puede ser tocado, manipulado, desarmado, destruido, reciclado, hackeado o simplemente leído, pero cada elemento de interacción nos puede valer para un propósito (excepto, quizás, tirar de la cadena de los inodoros de a bordo).

Y si, lo de dentro de la nave es interesante, explorar lo que hay fuera es mucho más. Los paseos espaciales están muy bien implementados, la sensación en el espacio exterior de soledad y vacío es una de las mejores que se ha visto, incluso nos tomaremos unos minutos para flotar en el lugar y disfrutar de la vista de la Luna y la Tierra, sólo por puro placer.

Desde el punto de vista técnico, como hemos mencionado antes, el juego usa el motor Cry Engine que trae consigo todas sus ventajas e inconvenientes habituales. Esto se traduce en un juego con una tasa de frames por segundos estables en casi todo momento, excepto en algunas situaciones con una gran cantidad de efectos en pantalla dónde esta tasa se resiente. En cuanto al texturizado y modelado de personajes nos encontramos con una recreación de los Tifón bastante espeluznante en el buen sentido del término, que ganan en espectacularidad conforme avanzamos en el juego y nos encontramos con enemigos más grandes y poderosos.

Como contrapuesta, nos encontramos con el mal endémico de este motor gráfico, y no es otro que los largos tiempos de carga entre estancias. También se une algunos problemas a la hora de cargar elementos en pantalla, pero es algo que no suele ser habitual. En definitiva, Prey, no es el juego más atractivo técnicamente, especialmente en comparación con otros, pero Arkane Studio tiene la habilidad excepcional de construir mundos fascinantes y eso compensa los pequeños defectos puntuales que podemos encontrarnos.

SONIDO

Como buen título centrado en la ciencia ficción, la banda sonora de Prey tiene ciertos toques futuristas deliciosamente tratadas adaptándose con un gran dinamismo a las diferentes situaciones que presenta el juego. Compuesta por Mick Gordon, las partituras están llenas de ritmos metálicos y melódicos, juntos con otros sonidos y efectos “retro” que crean algo misterioso, atmosférico y tenso. Estas piezas hacen un trabajo increíble en la elevación de la ya fuerte atmósfera a bordo de Talos I, y es muy posiblemente una de las bandas sonoras más impactantes que he escuchado en un juego.

Siempre es de agradecer que un título venga acompañado del doblaje en castellano, en este caso hay que agradecerlo doblemente ya que, Prey nos llega totalmente en castellano y con una calidad vocal notable. Es cierto que algunas de las voces no acaban de cuadrarnos con los personajes que las emiten, pero en su inmensa mayoría las voces están perfectamente integradas.

En definitiva, una banda sonora magnífica, un apartado sonoro sin fallos y un doblaje de una calidad notable.

JUGABILIDAD

Prey es el mejor ejemplo de cómo mezclar diferentes mecánicas de otros juegos y hacerlo bien. Las primeras horas controlando a Morgan Yu no pararemos de exclamar ¡Esto ya lo he visto antes! Y no es para menos, ya que el juego coge la polivalencia de Half-Life, la ambientación de Bioshock, y la jugabilidad de Dishonored o Deus Ex. Está claro que Prey toma su inspiración de estos grandes juegos, y ni mucho menos hace nada para ocultarlo, de hecho ha seleccionado cuidadosamente los aspectos más brillantes de este conglomerado para producir algo que tiene un encanto propio.

La acción se desarrollará íntegramente en la estación espacial Talos I una especie de semi-mundo abierto que Arkane Studio ha ideado y que le sienta fenomenal a la propuesta jugable. Es cierto que cuando comienza la aventura hay muchas áreas que están bloqueadas, pero a medida que vayamos avanzando iremos accediendo a nuevas áreas gracias a códigos, contraseñas, hackeos, nuestra fortaleza física o sencillamente porque el juego nos pedirá que acudamos a un nuevo lugar.

Todo esto hace que la Talos I sea el pasamiento perfecto para explorar y perderse por sus cientos de estancias. Cada problema que nos encontramos tiene múltiples soluciones, ya sea recorriendo media nave para obtener una nota de post-it con un código de acceso, deslizarse por túneles de ventilación alternativos o utilizar el cañón GLOO para crear pequeños puntos de pegamento que utilizamos como plataformas improvisadas. Nuestra mente debe adaptarse a cada situación específica para exprimir todo el potencial que la mecánica del juego nos propone.

Las primeras horas de juego en Prey transcurren lentamente. Morgan no es un ser humano con súper-poderes (todavía) sino un científico normal y corriente, que está en medio de estos monstruos alienígenas que lo pueden matar en unos pocos segundos. Hasta que no empecemos a ganar experiencia y recopilar Neuromods que modifican nuestro cuerpo, la mejor opción es pegarte a las sombras, recolectar suministros e intentar pasar desapercibido todo lo posible. Las habilidades de Morgan están organizadas con el típico árbol esquemático dividido en tres categorías: Seguridad, Ingeniero y Científico. Estas se pueden desbloquear usando los Neuromods que se pueden encontrar por los escenarios o fabricarlos en los distintos puntos de reciclado.

Algunas habilidades nos permiten hackear computadoras para recopilar información, otras nos permiten saltar más alto de lo normal para acceder a zonas inaccesibles, aumentar nuestra salud…etc. Hay montón de parámetros para desbloquear y cada uno se siente útil de una manera u otra, aunque el número de Neuromods son limitados lo que conllevará a realizar a menudo algún sacrificio. Con cada Neuromod que Morgan usa, el personaje se vuelve menos humano. Por lo que algunos elementos de la Talos I como las torretas defensivas de la estación, tan útiles en los primeros compases del juego, se volverán contra nosotros. Aunque cómo contrapartida, dejar atrás nuestra humanidad conlleva adquirir poderes únicos cómo lanzar ataques mentales o cambiar de forma, pero también hace que llegar a ciertos lugares sea más difícil.

Los diferentes tipos de alienígenas que Morgan se enfrenta no son muchos, menos de una docena, pero todos ellos suponen un gran desafío. Casi sin importar la situación, rara vez estaremos ante una lucha de igual a igual con el enemigo, y salir de un combate cuerpo a cuerpo siempre tiene un peaje que pagar, y no es otro que la merma de nuestros recursos. Por ello estudiar los diferentes tipos de enemigos repetidamente con Psicoscopio, las armas utilizadas y los poderes, y explotar los elementos del escenario para causar aún más daños es la mejor táctica para avanzar. Además debemos tener en cuenta que si nos ven generalmente vienen a investigar, forzándonos a ocultarnos o retroceder frente a sus implacables ataques.

Los diferentes tipos de Tifón aunque con un diseño similar, todos se comportan de manera bastante diferente en la batalla. Los Mímicos pueden ser el mayor desafío para los jugadores y no precisamente por sus ataques devastadores. Estos “simpáticos” aliens son capaces de imitar los objetos de su entorno para camuflarse y pillarnos desprevenidos. Mientras se esconden, saltan sobre nosotros y luego vuelven a escabullirse. Por ello cuando entramos en una habitación que se ve una taza, una lata, o incluso un kit médico, a veces puede ser conveniente disparar para asegurar que no es un Mímico que decidió llevar a cabo una emboscada. Es principalmente gracias a estos pequeños amigos que las primeras horas de Prey inculca en la mente del jugador un sentimiento de paranoia continua. Esta sensación aumenta por el hecho de que la mayor parte del principio de la aventura, Morgan sólo cuenta con una llave inglesa cómo única arma para hacer frente a Tifón. Además de los Mímicos, nos encontramos con otros enemigos más poderosos como los Fantasmas, Tejedores o Telépatas. Pero sin duda alguna el enemigo más peligroso es la Pesadilla, un enorme monstruo capaz de acabar con nuestra vida en un instante y perseguirnos incansablemente durante nuestra aventura.

La Inteligencia Artificial que muestran estos enemigos en términos generales es buena, dada la complejidad de los mapas que tiene que interpretar la CPU. Es cierto que nos hemos encontrado con algunos comportamientos extraños en ocasiones, pero son hechos muy puntuales. Como punto negativo nos encontramos con una dificultad demasiado alta durante los primeros compases de juego, no será raro morir repetidamente, incluso en dificultad fácil, afortunadamente los puntos de respawn están muy bien implementados. La mecánica de juego está diseñada para que siempre nos sintamos inferior ante los Tifón y que notes el peligro acechándote en todo momento. El combate aunque nos ofrece muchas alternativas, resulta un tanto tosco e impreciso para el jugador, hasta el punto de suponer nuestra propia muerte hasta no dominar la situación al dedillo.

Los enemigos, así como los cadáveres, armarios y demás elementos de atrezo tienen en su interior materiales de diversa índole. Algunos inútiles, otros extremadamente necesarios. Sin embargo, el inventario no es ilimitado, sino que funciona en formato cuadrícula, similar a lo visto en franquicias como Resident Evil. Los materiales que podemos recoger en la Talos I son de lo más variopintos: alimentos comunes, maletines médicos para restaurar la salud y la mente, armas, kits para mejorar el arsenal y un montón de basura aparentemente inútil pero que no lo es tanto. Debido a que cualquier objeto recogido puedo ser modificado a través de diferentes recicladores repartidos por toda la nave, que los convierten en simpáticos cubos a lo “Minecraft”. Estos cubos, tienen la ventaja de ocupar muy poco espacio en el inventario, y gracias a los ensambladores pueden ser utilizados para crear elementos más útiles como Kit médicos, municiones o Neuromods.

Para terminar indicar que, Prey es una experiencia estrictamente solitaria no hay modos multijugador por el momento. Para compensar Arkane Studio ha introducido diferentes finales que dependerán de las relaciones y los actos que Morgan Yu tenga con el resto de la tripulación superviviente. Esto lo hace un juego bastante rejugable, dónde por lo menos habrá que darle otra pasada extra para disfrutarlo al 100%.

CONCLUSIÓN

Teníamos ganas de que se lanzara Prey y el resultado no ha decepcionado en absoluto. Arkane Studios se confirma como uno de las desarrolladoras más en forma que existe actualmente. Su talento y experiencia acumulada a lo largo de los años se ha dejado sentir en este título que va irremediablemente camino a la lista de candidatos a mejor juego del 2017.

En conjunto, Prey, es una obra brillante, ambientada en mundo ciencia-ficción con una historia bien contada, dónde la exploración y la interacción con el mundo que nos rodea se hace fundamental. Es un título en el que coexisten elementos de rol, fases de sigilo y de supervivencia. La libertad de acción, el descubrimiento y la investigación son los principales pilares con los que el jugador acabará irremediablemente preso. Aunque no todo es perfecto, los combates no están al nivel que quisiéramos provocando algún que otro mal rato al jugador. Pese a todo, Prey es un excelente juego que ha llegado para quedarse y dejar huella.

LO MEJOR

• Una historia llena de misterio y giros argumentales
• Su banda sonora
• La genial ambientación y recreación de la Talos I
• Libertad para jugar como uno quiera

LO PEOR

• La mecánica de combate podría estar mejor pulida
• Los tiempos de carga

NOTA: 9