Análisis Silent Hill: Downpour

Nombre: Silent Hill: Downpour                     Plataforma: PlayStation 3, Xbox 360

Género: Survival Horror                              Distribuidora: Konami

Desde que la primera entrega bajo el nombre de Silent Hill fue lanzada por primera vez en PlayStation, allá por el año 1999, su protagonismo ha ido minorando cada vez más con cada secuela que Konami lanzaba al mercado. La saga alcanzó su punto álgido con SIlent Hill 2 y SIlent Hill 3, sin embargo, el ánimo de seguir sacando punta a un género que en la actualidad está de capa caída ha provocado que en muchas de las entregas posteriores a éstos dos títulos los jugadores no encuentren aquello que sí se podía obtener jugando a los títulos originales. Después de Shattered Memories, Homecoming etc, Konami lanza éste año Silent Hill Downpour, para demostrar que todavía se puede hacer algo bueno dentro del survival horror psicológico.

 

HISTORIA

 

La acción del que es la 8ª entrega de la marca Silent Hill se desarrolla alrededor de Murphy Pendleton, un criminal condenado y recluído en la prisión de Ryall State. Murphy parece adolecer de pesadillas y a comienzos de la historia se puede ver como propina una brutal paliza a otro recluso de la prisión, que según las palabras del protagonista, fue un vecino suyo en el pasado. Tras despertar de su sueño y de  un motín sucedido en la cárcel, los encargados del centro penitenciario deciden trasladar a otra prisión a Murphy junto a otros presos. Sin embargo durante el trayecto hacia el nuevo destino, el autobús en el que viajan los presos y la agente de seguridad encargada de protegerlos vuelca. Las razones del accidente de tráfico serán familiares para aquellos que hayan jugado a otras entregas de la saga, pues cuando el autobús estaba circulando en las cercanías del famoso poblado, la carretera parecía cortada por un profundo abismo, obligando al conductor a dar el brusco giro que originó el accidente.

Tras el accidente, Murphy recupera el conocimiento en un bosque junto a otros de sus compañeros, que no han corrido la misma suerte que él. A lo largo de su caminata por dicho bosque consigue eludir a la agente Anne Cunningham. Ahora Murphy está solo y debe conseguir llegar a casa, lo que no sabe, es como llegar, ya que las carreteras están cortadas, no hay manera de escapar de Silent Hill.

A medida que nuestro protagonista avance iremos descubriendo algunos de los hechos más relevantes de la historia, el trabajo realizado por Vantra Games en este título es de una buena factura, ya que intenta ofrecer a los amantes de la saga un argumento complejo y con grandes giros dramáticos.

 

GRAFICOS

 

Silent Hill: Downpour ha sido desarrollado por el estudio Vatra Games, que aunque posee poca influencia dentro del sector, lo cierto es que han sabido captar la esencia de lo que significa Silent Hill.

El título gráficamente deja un buen sabor de boca, apostando por unos entornos realmente realistas y unos personajes bien diseñados. Asímismo, las texturas de los objetos que encontramos están igualmente bien integradas y una gran variedad de elementos diferentes en cada una de las fases del juego.

Tantos los efectos del agua (fundamentales en ésta entrega) como los de luces son de los mejores antes vistos en un juego de la saga. Ahora las sombras no nos ocultarán todo lo que hay a más de tres metros de nosotros, (como sucede en las entregas de PlayStation 2) y cabe remarcar que el uso tanto de la linterna como del encendedor es realmente realista, quizás demasiado, ya que el haz de luz que nuestro protagonista enfoque a un determinado punto del escenario iluminará justo lo que queremos ver y no toda la habitación.

Como decíamos el agua es uno de los puntos destacables de éste motor gráfico empleado para la ocasión y ello se reflejado tanto en el mundo real, por medio de la lluvia o el lago, como en el “otherworld” en el que se nos ofrece, como es habitual, una visión más tétrica y macabra del mundo real, donde todo está bañado por goteras, oxido, tuberías, desagües y todo lo relacionado con el campo de la fontanería.

La transición del mundo real al “otro mundo” ya no se realiza por medio de los típicos desconchamientos de las paredes de las habitaciones, como bien se hizo en anteriores entregas como Silent Hill 3, Homecoming o en la propia película original dirigida por  Christophe Gans, sino por medio del agua. Ahora las habitaciones rezumarán el líquido elemento por todas partes, creando una transición menos brusca de lo que podría ser en las entregas anteriores.

Sin embargo no por ello el entorno será menos aterrador, ni mucho menos, es más, las tonalidades empleadas para la ocasión ofrecen una visión más adaptativa del entorno, lo cual no nos obliga a estar en tensión durante todo el tiempo, facilitando al jugador que se lleve una sorpresa mayor cuando alguna criatura nos ataque por sorpresa.

Como punto negativo de éste apartado técnico podemos decir que  en ocasiones, el juego puede experimentar tirones a nivel gráfico, sobre todo cuando estamos en entornos abiertos, en los que al mover la cámara bruscamente, podemos experimentar algún que otro bajón en la tasa de frames. Asimismo recalcar que el diseño de los enemigos no es tan elaborado como lo pudo ser en la tercera entrega de la saga, donde los enemigos no sólo nos daban miedo a nosotros como jugador, sino que eran un reflejo de los traumas del protagonista. En ésta ocasión se ha producido una estereotipación de los enemigos,  siendo más similares a psicópatas que a criaturas procedentes del averno.

 

JUGABILIDAD

 

Si tenemos que destacar una de las características principales de la saga Silent Hill, la jugabilidad es la señalada por la mayoría de los fans de la saga. En las anteriores entregas (refiriéndome a Silent Hill 2 y 3) la jugabilidad era más un lastre en nuestra experiencia de juego que un verdadero aliciente para jugar a ellos, ya que era poco intuitiva y prácticamente no había evolucionado nada desde la época de los 32 Bits.

Ahora con Downpour, el sistema jugable ha experimentado una cierta mejoría, aunque ya era apreciable en Homecoming. Nuestro personaje es completamente controlable con el joystick izquierdo mientras que la cámara la controlaremos con el derecho, como viene siendo habitual en los juegos que poseen un sistema de cámaras en tercera persona de ésta generación.

En líneas generales, Silent Hill Downpour se trata de un juego de exploración y supervivencia, en el que si no estamos atentos a aquello que nos rodea  no podremos encontrar objetos que serán fundamentales para el avance de la historia.  Aparte de exploración, en Downpour, como viene siendo habitual en anteriores títulos de la saga, nos encontraremos ante puzles que resolver, no todos de una dificultad elevada, pero si que habrá más de uno al que deberemos poner toda atención.

Tanto la dificultad del juego en general, esto es nivel de habilidad de nuestro personaje, nivel de daño que infligimos y que nos infligen, como la dificultad de los puzles del juego, será seleccionable indistintamente una de otra, permitiéndonos seleccionar una dificultad de juego elevada y una más baja para los puzles o viceversa.

Además, en Silent Hill Downpour nos encontraremos con una multitud de enemigos que nos acecharán en muchos momentos del juego, enemigos que por suerte o por desgracia nos pondrán las cosas algo difíciles cuando no contemos con ningún tipo de arma en nuestro inventario. Como es habitual, poco podremos hacer, aunque se nos ofrezca la posibilidad de combatir con las manos desnudas, lo cual no garantiza el éxito en la mayoría de los casos. Entre las armas disponibles tenemos diversos tipos de objetos que iremos encontrando a lo largo de nuestro periplo por el poblado maldito, desde llaves de fontanería, palos, piedras hasta armas de fuego como pistolas o escopetas. Lo peor de ello es que no podremos soportar más de un arma a la vez, con lo cual en determinadas ocasiones deberemos adentrarnos en algún otro edificio o cumplir alguna misión secundaria para conseguir alguna otra herramienta que se adapte mejor a nuestras necesidades.

Las armas que están orientadas al cuerpo a cuerpo se irán deteriorando conforme les demos más uso, con lo cual es necesario vigilar en que momento de calidad se encuentran por si acaso se presenta algún posible combate.

Respecto al combate, podemos decir que no es tan ágil como querríamos, y aunque en algunas ocasiones se nos ofrecerá la posibilidad de huir de él, si es cierto que funcionalmente no cumple todas nuestras expectativas y es realmente difícil acabar con determinados tipos de enemigos. Ello es porque la cámara no concederá facilidad alguna para apuntar con nuestras armas a los enemigos, con lo cual, como ya hemos dicho, lo más aconsejable será evitar cualquier enfrentamiento posible para no caer a manos (en el caso de que tengan) de éstos. Tal vez, el sistema de combate sea así de incompleto adrede, con arreglo a centrar más nuestra experiencia a la supervivencia, ya que en muchos de los combates, saldremos casi igual de mal parados que la criatura a la que nos enfrentemos, estando obligados por tanto a tener que usar un botiquín para reabastecer nuestra salud por completo.

La mecánica de juego es similar a grandes rasgos a la de las anteriores entregas, avanzando por el poblado en busca de objetos que nos permitan acceder a nuevas secciones de él. Como también es tradicional la acción cambiará de tónica cuando se produzca una transición del mundo y pasemos a estar en el “otherworld” donde nos encontraremos diferentes seres horripilantes con una mayor profusión que en el mundo real.

A lo largo de juego, nuestro progreso se irá guardando en el soporte correspondiente a través de un sistema de autoguardado, lo cual significa también una adaptación a un público menos exigente. En los anteriores juegos debíamos buscar un punto de guardado, que en la mayoría de los casos se encontraba escondido en una de las habitaciones  del edificio que estábamos visitando, provocándonos una sensación de ansiedad por el temor a que nos matasen y tener que volver a empezar desde un punto de guardado anterior.

 

SONIDO

 

La banda sonora solía ser uno de los puntos fuertes de las entregas de Silent Hill, sobre todo gracias a la mente creativa del compositor japonés Akira Yamaoka, que con sus obras trataba de transmitir al jugador las mismas sensaciones por las que estaba pasando el protagonista.

Tras su abandono de la compañía, el encargado de recoger el testigo es el compositor Daniel Licht, conocido por componer la banda sonora de la serie Dexter. En Downpour se apuesta por un sonido más realista que el que podíamos oír en los otros títulos de la franquicia, ya que ahora los efectos de sonido no son tan estruendosos (en atención a los pasos sobre el metal que escuchábamos en los juegos de la pasada generación). Asimismo se puede decir que en Silent Hill Downpour, las bandas sonoras se caracterizan por ser más propias del cine actual, aunque no por ello el resultado es de peor calidad ni mucho menos. Se ha realizado un trabajo de gran calidad, integrando perfectamente los efectos sonoros con la música.

El juego no está doblado al castellano y nos llega doblado en perfecto ingles, como viene siendo habitual en la franquicia.

 

CONCLUSIONES

 

Silent Hill: Downpour no supone ningún avance en lo que a género se refiere, es un buen título, completo, con grandes posibilidades de rejugabilidad, pero que no ha sido explotado al máximo por los desarrolladores de Vatra Games que aun empleando el motor gráfico Unreal Engine 3, no han sabido sacarle ese portentaje de jugo óptimo para convertirse en uno de los exponentes del género. Se trata de un gran título para los amantes de la entrega y algo menos para los no conocedores de las anteriores entregas de Silent Hill.

El modo jugable, a pesar de no tener soporte multijugador, aunque no le haga falta, ofrece grandes posibilidades a los jugadores, sin embargo posee su lacra en el sistema de combate, que es mejor acudir a éste en las menores ocasiones posibles.

 

Lo mejor:

 

  • Silent Hill Downpour cuenta con una gran historia que satisfará a aquellos que se adentren en ella.
  • Se trata de un juego de terror, en el que se han implementado correctamente, supervivencia, exploración y puzles.
  • El sistema de autoguardado facilita mucho las cosas, abogando por no dejar de lado la aventura.
  • Que el juego haya salido a la venta a precio reducido.

Lo peor:

 

  • Grandes bajones a nivel argumental que no compensa en la sucesión de buenos y malos momentos.
  • El motor gráfico no ha sido suficientemente bien explotado, experimentado fallos de tearing en casi todo el juego.
  • El modo de combate es pésimo y casi testimonial en ésta entrega.

 

NOTA FINAL: 7.5