Artículo de opinión: La guerra de los gráficos, ¿realmente son TAN importantes?

A punto de embarcarnos de pleno en la siguiente generación de consolas, volvemos a la guerra de siempre. Las compañías usan las especificaciones técnicas de sus consolas como publicidad mercantilista.

Es el primer reclamo, el canto de sirena con el que atraer a los clientes, nuevos y viejos, y convencerles de que compren su consola. Comprendo que las consolas, al ser aparatos cuyas piezas no pueden actualizarse como las de un ordenador personal, requieran renovarse por completo con cada generación.

Sin embargo, llega un momento en el que la potencia gráfica, vista como único aliciente es algo que me preocupa. ¿Acaso es lo único que buscamos en los videojuegos? Yo creo que no es lo único que buscamos en un juego. Quiero pensar que no me equivoco. Y sin embargo el marketing usado por las compañías (sé que no todas, pero tampoco quiero dar nombres),  se basa en "mirad nuestros gráficos".

Y hay quien se deja seducir. No sólo los usuarios, también las desarrolladoras. Se dejan seducir mediante una lógica retorcida. "Si los usuarios piensan que la consola tiene mejor potencia gráfica, la comprarán seguro, por lo que programaremos para dicha consola, y les daremos los gráficos que piden". Sin embargo, ofrecer esa calidad gráfica supone un aumento de los gastos de desarrollo. Un gasto que si el juego no vende como esperaban, y les conlleva pérdidas.

Ahora viene mi pregunta. ¿Son realmente necesarios esos gráficos? ¿Es realmente la potencia lo que hace que una consola sea "mejor"? La pregunta es compleja de responder, ya que los gráficos son sólo una parte del juego, que están dentro de un todo.

Para mí, un juego consta de historia, gráficos y diversión (concepto acuñado por mí donde englobo la mecánica, jugabilidad y divertimento que puedo llegar a experimentar con el juego). Tratar de dar más importancia a una de estas tres por encima de las demás es como si tienes un taburete de tres patas y dices que una de ellas es la más importante de todas. Y sin embargo, muchos juegos son juzgados, principalmente, por sus gráficos.

Para mí es una actitud que me parece injusta. Muchos juegos, de gráficos mucho peores, pero que proporcionan hora sde diversión, son tachados de "malos" por sus gráficos, mientras que juegos que apenas aportan nada, son alabados hasta extremos que dan vergüenza ajena, únicamente por tener un motor gráfico de quitar el hipo.

Además, ¿de qué sirve? Quiero decir... ¡el ojo humano tiene un límite de lo que puede llegar a captar! Por mucho que aumentemos la potencia gráfica de la consola, nuestros ojos, símplemente no son capaces de notar la diferencia. ¿Qué sentido tiene entonces seguir aumentando la potencia gráfica?

La respuesta es clara, al menos para mí. La guerra de las cifras. Los números nos cohartan a la hora de pensar y nublan nuestro criterio. Muchos son los "expertos" que se dejan deslumbrar por las cifras y los números que, sobre el papel, hacen que la gente empiece a hablar de "la mejor consola de la generación" cuando la potencia de la consola y los juegos (y por tanto experiencia de juego) son dos cosas completamente distintas.

Sin embargo, esta tendencia numerológica, que si bien no es perjudicial, no aporta nada constructivo, sólo puede ser detenida por nosotros, los usuarios. Cuando dejemos de pensar con números y pensemos más con sentido común, nos daremos cuenta de qué es lo que buscamos de una consola: juegos y diversión.

Los gráficos deberían ser el medio, y no el fin, por el cual un programador debe conseguir el objetivo real del juego, que el jugador se divierta.